¿POR QUÉ SIENTO INCOMODIDAD, PENA, TEMOR, MIEDO O HASTA PÁNICO AL HABLAR EN PÚBLICO? Ante esta pregunta muchas personas responden "no sé". Tenemos que conocer al enemigo, saber de donde viene, cuando empezó, qué lo ocasionó, pero sobre todo como controlarlo y eliminarlo. El miedo a hablar en público, glosofobia, es uno de los miedos más extendidos a nivel mundial, por eso a veces lo consideramos natural y damos por sentado que no hay nada que hacer. Los que lo han sentido en alguna o varias ocasiones saben los efectos nefastos que tiene. Cuantas veces en una presentación, entrevista, plática o hasta en la escuela nos hacen una pregunta y no la contestamos correctamente y después, ya tranquilos, reflexionamos y nos lamentamos de no haber contestado perfectamente, ya que teníamos de sobra los conocimientos para hacerlo. En primer lugar, deberíamos cambiar la frase "miedo a hablar en público". Todos los días desde niños hablamos en público. Público es desde una persona que tenemos enfrente y tenemos que captar su atención, venderle una idea, un producto, un servicio o a nosotros mismos. ¿Miedo a hablar? ¡NO! Es miedo a ser el foco de atención. Muchísimas veces estamos platicando sin problema con un grupo de personas, pero todo cambia cuando nos piden "pasa al frente y dirígenos unas palabras". Si lo analizamos, el público, el lugar y hasta el tema sería el mismo, pero cómo cambia la situación al sentirnos el foco de atención, el centro de las miradas. Hay que considerar que no es un miedo natural, común sí. Es un miedo aprendido o adquirido. Los miedos naturales no queremos quitarlos, son por ejemplo el instinto de conservación y nos hacen reaccionar ante un peligro inminente y segregar substancias que nos ayudan a sobrevivir. Los miedos adquiridos o aprendidos se pueden "desadquirir y desaprender". Muchas personas sí identifican la razón y el inicio del problema. Por ejemplo, unos padres muy exigentes, un ambiente familiar muy rígido y cerrado, un maestro que te traumó de niñ@, una mala experiencia (se me olvidó el poema en primaria o me bloqueé en la presentación con ese cliente tan importante), ser demasiado duros con nosotros mismos, vivir obsesionados por siempre lograr la aceptación ajena, tendencia a sólo recordar los errores y no los aciertos, ser perfeccionista, falta de autoestima, estarse comparando siempre con los demás, etc. Habrá tantas razones como personas en el mundo. Afortunadamente, hay técnicas que nos ayudan primero a controlarlo y al final eliminarlo para disfrutar ser el foco de atención y sentirnos poderosos al enfrentar a cualquier público. Este es el primer paso para después trabajar técnicas que te permitirán manejar tu voz, tu cuerpo, tus palabras y tus emociones de forma armónica y efectiva. Hoy y siempre la mejor carta de presentación y la mejor arma de convencimiento es LA PALABRA. |
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